CAPÍTULO 1
FRANCISCO
CENTAURO
Era un joven
que amaba los caballos y se regocijaba con ellos. No en vano su padre y su
abuelo habían sido herradores.
Cuentan del
joven que no hablaba mucho pero era hacedor de versos, esto es, poeta. Y que si
mezclaba licores la lengua se le disparaba. Así dice esta leyenda que como los
versos de Antonio Machado a algunos caballos soñados y a su amada le decía tu
eres de verdad o no?
Y viendo
entre todas las cosas que su amor no podía explicarlo con vanas palabras, ni
aún con palabras sagradas. Y no siendo temeroso de Dios sino libre como un
caballo aquel joven sufrió un metamorfosis.
Un salto al
vacío desde un tercero y la transmutación en un centauro. Se le rompió la
espalda y le pusieron los cuartos traseros de un caballo. De esta manera su
padre le clavaba clavos en los cascos que le dolían hasta el fondo del alma.
Su padre no quería que lo viera nadie a ese,
su hijo bestia rara. Así que era dado a encerrarlo, en sanatorios, cuadras,
incluso en la cárcel. A lo que él centaruo, le daba coraje, entrabále el
barrunto y la rabia era incontenible.
En su mano llevaba un cayado porque con sus
piernas equinas no andaba del todo bien este Sagitario sin arco. Además se
cuenta que nuestro Francisco Centauro tenía dones proféticos.
Sus herraduras sonaban por los valles y las
regalaba para que su desventurado padre tuviera momentos de intimidad con él.
Entonces aunque le dolía, era feliz con esos clavos que le dolían hasta el
fondo del alma.
Agradecido estaba Francisco Centauro a su Dios
y ya no era un caballo libre. Si no como un centauro temeroso y sumiso de Dios
Entrolé en
una de sus estancias en sanatorios, después de la lectura del Ingenios hidalgo
Don Quijote de la Mancha. Imaginándose a él Alonso Quijano y rocinante en un
solo. Y como aún no se había sacado la carrera de Historia de la que sólo le
quedaban 10 asignaturas.
Estableció
un nueva disciplina histórica la Principadología. Cuya misión era estudiar esos
microestados donde se guardaba la güita, esto es los millones, los dineros.
Estando el que más cerca el Principado de
Andosia, que además daba tabaco que mata. Francisco Centauro, gemelos de
percherón. Hizolé afrenta siendo como fueron allí en Andosia, asesinados judíos,
aviadores canadienses, apátridas en la segunda guerra mundial, cantaba por
ellos el Gelem Gelem Himno caló.
Francisco Centauro que solía escribir en un
pesebre. Era de ánimo jovial y alegremenos como Don Quijote cuando veía una
injusticia lo cual a nuestro centauro le cambiaba la humor.
Y lo de Andosia,
Principado de, le parecía gravísima. Además quería crear Iberi< un país que
aunará (Andosia, Portugal, España y Gibraltar) Bandera verde amarilla y gualda
y de escudo una herradura.
Francisco
Centauro había pensado volverse a tirar al vacío pero el don de ser un centauro
no es para tirarlo por la ventana, en andosino finestra.
El no iba a vender su pellejo Francisco
Centauro, que daba coces por la noche a sucursales bancarias andosinas.
Francisco Centauro ibérico o íbero irredento que se escondía de los hombres
para mostrarle su alma a Dios.
Francisco que leía a los poetas y a los
profetas de la Santa Biblia. escribía desde un pesebre su Historia y la
Historia de Andorra y la metahistoria de la mística de taumaturgia sefardí.
Centauro Francisco pensaba a veces en sus
amores legendarios ahora que era una leyenda aunque sólo lo hubieran
entrevistado una vez en un periódico local y jamás había salido por televisión.
Alguna gente sostiene que su risa era como un relincho y que estaba dotado de
buena voz.
Sus
movimientos eran extraños como el salto del caballo en el tablero de ajedrez.
Lo que salvo su maltrecho cuerpo, es cierto, que no podía saltar, su movimiento
centurialístico era imprevisible y en ocasiones extraordinario.
Una mañana se despertó con los puños bien
cerrados en la capital zaragotina del Ebro y fue directo a reventar una
sucursal bancaria andosina. Les tiró coces por doquier no ya a los empleados,
si no al ordenador y los trastos inútiles que allí había. Invocando la memoria
de los sefarditas muertos allá en la Segunda guerra Mundial.
Al salir de tamaño pifostio que armó. Espero
a que lo detuviera el cuerpo nacional de policía que tuvo que habitar un furgón
para llevarlo a los juzgados. No fue preso, si no que lo metieron en una cuadra
habilitada en una institución psiquiátrica fundada por el ajedrecista Ramón Rey
Ardid.
Teniendo en cuenta el carácter y ánimo de
nuestro Centauro. Hizo amistad con un colmenero de nombre Sergio Royo. En la
Institución mental del ajedrecista, nuestro Centauro hacía lo que él daba a
llamar himnos ibéricos como el siguiente que acá se versa
ERRANTE
HERRADURA
Errante
herradura de las tierras de Iberia
nietos de
Viriato, hijos de Quijote
somos
primos, somos hermanos
en el bordón
de todas las guitarras
como un nido
de castañuelas
suenan y
sueñas Iberia Sefarad
lo que un
día fue España y Portugal
Andosia y
Gibraltar
Errante
herradura de las tierras íberas
somos jota y
sardana
flamenco y
fado
buena
ventura
buena
ventura
que país que
no fue, será
y resonará
en el relincho y el trino
de la
errante herradura
que a iberia
tiene como destino y signo
Nuestro
Centaurín de las Iberias veía ya la bandera verde amarilla y gualda
Una en la
diversidad
Grande en
realidad
y libre de
verdad
Estuvo 6
meses en el psiquiátrico y un día se escapó a recorrer Iberia, sus rúas, sus
plazas, sus valles, cordilleras, playas y collados. Cargado con dos pesadas
alforjas que llevaba en sus lomos marchó a tierras granaínas. Colgándose de
trenes de mercancías.
Llegó a la ciudad
del Darro y el Genil, de la Alhambra y el barrio del Albayzín y el Realejo.
Cuna de la taifa nazarí.
Allí subía
por la cuesta del Chapiz, en el alma pura y noble del Albayzín, al Carmen de
las tres estrellas , lindante al Carmen del amor perdido. Donde su buen amigo
Abel tenía una cuadra y un pesebre para él.
Resonaban
sus herraduras en adoquinado de las rúas a puro y latente flamenco, del cante
jondo de susalerosa voz, mezcla de relincho y trueno.
Allí conoció
al bailaor Chiveria y a las flamencas del grupo Sinkaí, a un candiense de
nombre Geordie que le llevó a su casa de Almuñecar y le regalo su libro de
poemas NAZZA y grabaron un disco a medias junto al oscense Justo Bagüeste en la
playa del Muerto.
Pero eso será más adelante todo el mundo
quería conocer a Francisco Centauro por sus extrañas formas de caminar y su forma
de palpar la Iberia que él profetizaba. Porque como dice 2 de Corintios 13v 9
“porque en parte conocemos y en parte profetizamos” el era Centaurín de las
Iberias.
Amaba los campos de Castilla, Arcos de Jalón,
Judes, Chaorna, Lumpiaque, Albarracín la última taifa de Aragón de los Banú Razín,
El Guadalaviar, el Tajo, el Ebro, Granada la Alcarria, el Argave, Mérida,
Badajoz, las murallas de Ávila, Pucela,los montes de León, a cota da norte,
Logroño, Autol, Tafalla, Monzón, Santiago de Compostela, Portodoson, el Puerto
de Santa María, el rocío onubense, la playa del Sardinero, Elche,
Donostia, Cieza, Antequera, Vitoria
Gasteiz, Aguilar de Campoo, Tarraco, las casas colgantes de Cuenca, Caltojar,el
Moncayo, Turiaso, Tudela, Guadahortuna, Ariza, La barcinocon su rambla, alclá
de Henares, Estoril, Oporto, Lisboa.
El quería
ser un peregrino por las tierras de Iberia y como ya dijo Machado caminante no
hay camino, se hace camino al andar.
Centaurín de las Iberias llenaba libretas con
poemas, de vez en cuando algún relato, oraciones al todopoderoso o ya prosaba
un diario íntimo.
Marginado de
la sociedad, aunque por otra parte querido, en un trote borriquero se paseaba
el nostre noble centaure por las plazas, las rúas, y los barrios, sobre todos,
yuderías de Sefarad.
con pan y vino hacía el camino, hablando con
todo el mundo porque el sólo decía su canción a quien con él iba.
Y así le gustaba el flamenco en aquel estudio
de aquella playa en Almuñecar con Gergie y Justo, de los cuales hablamos
recientemente. Gergie le invitó a cantar 5 canciones que perpetrarían cada uno
más un dueto que no salía en el libro NAZZA editado en Vancouver. La cual era
la siguiente
SAVE THE
BEES
Save the
bees, sabe the bees
the only
queen
the queen of
hive
are our
sisters
Save the
bees
sabe the
beest
the profete eat
honey
the bear eat
honey
you eat
honey
I eat honey
the bear of
the flag of California eat honey
Save the
bees
sabe the
bees
the only
queen
the queen of
hive
are our
sisters
save the
bees
save the
bees
….. Y como
en un zumbido. Salió de Almuñecar y de Granada, con sus alforjas cargadas de
discos, para donar o vender, por Sierra Morena recordando al Cardenio del
Quijote. Don quijote y Rocinante en uno. Eso era nuestro centauro.
Francisco,
encontró allí un amigo que será durante un tiempo su Sancho Panza y cuyo nombre
si queremos recordar Archilendi gurrión. Pero eso nunca mejor dicho es capítulo
a parte. Nos cuenta el cronista de estas líneas el doctor en psiquiatría Don
José maría Bañeres.
Pero antes
de irse sembró con lágrimas, aquestos versos:
LÁGRIMAS DE BOABDIL
Lágrimas de
Boabdil
en la ciudad
nazarí
el grito de
la madre
y las lágrimas
de Boabdil
Que voy a
hacer sin ti, ciudad del Albayzin
si ahora que
te conozco me alejo de ti.
Mi llanto de
niño
mi herida y
mi equilibrio la Historia se escribió...
... pensando
en las estrellas
que estando en el cielo cayeron en la tierra
Granaíno es
el poema nazarí
es su pena
lágrimas de Boabdil.
Que voy a
hacer sin ti ciudad del Albayzín
del Darro y
el Genil
Lágrimas de
Boabdil cayeron aquí