I
LA LEYENDA
La leyenda múdejar de las dos torres…
Cuando las tres culturas, las tres religiones, convivían en paz,
shalom, shalam. En Sefarad, AL- Andalus, en definitiva, en la
Península ibérica .
En la ciudad de Teruel cercana a la taifa de los Banú Razín.Había
dos alafiles, dos arquitectos musulmanes.
Uno llamado Omar gallardo y apuesto, de luengas barbas, alto y
corpulento. Había también otro de nombre Abdalá fibroso, de pelo
negro como el tizón, y ambos se disputaban el amor, de la bella sin
igual Zoraida.
La bella Zoraida que no quería desdeñar a ninguno de los dos
pretendientes, pues bien, por unos casos y cosas o razones, su
corazón palpitaba al lado de don Omar por otro sentido del
sentimiento al lado de Abdalá.
Tan cansada y confusa estaba en este sin-vivir que fue a contárselo
a su anciano padre de barba can y rala , el venerable Abedul.
- Padre, padre, padre bienamado
me ocurre esto; dos son mis pretendientes. Hombres los dos prudentes
y de gran corazón , conocidos en la ciudad y cablaes los dos ¿Qué
haré amado padre?, lloraba a su padre la bella Zoraida.
- Tranquila, dijo el anciano Abdul yo les llevaré a que en plazo de
3 años construyan la torre más majestuosa de aquesta ciudad, al que
lo haga le daré tu mano de esposa.
Y así fue, como vino a reunirse con Omar y Abdalá en un punto muy
bello y alejado de la ciudad y así les habló a los dos.
II
EL CONCURSO
Los cito secretamente en las afueras de la ciudad, y así fue aque
les habló, el venerable Abdul
a los dos enamorados, de su ija la bellísima, sin igual, Zoraida.
A la cual Omar asemejaba sus ojos a dos pozos de estrelllas y Abdalá
a su pelo negro le decía que era como una noche sin luna.
Así les habló el anciano Abdul a ambos:
Mirad y oíd, sé que los dos pretendéis la mano de mi hija la bella
Zoraida , la niñita de mis ojos. Y sólo a uno se la daré, al que
construya la torre más majestuosa de esta tierra.
Mañana haremos publico el concurso ante gran algarabía. MI hija se
casará sí, y sólo sí, con el contruya la torre más majestuosa de
esta ciudad, a ése le daré la mano de mi hija, la prenda más
valiosa que Alá me ha dado.
Omar, Abdalá ya os lo he dicho,
Sentenció, el venerable Abdul.
Omar preguntó y Abdalá, también, que que plazo tenían para
construir la torre
tres años dijo el anciano Abdul.
Al día siguiente ante la muchedumbre: judía, cristiana y musulmana.
Se hizó noticia del concurso. Entre la algarabía de gente omar y
Abdalá escogierón los albañiles y empezaron, sin dilació, el
proceso de contrucción de las torre. Les relataré, yo, autor
omnisciente. Mirar con tiempo es más sabio, sólo decirles que añado
los diálogos , pero poco más o menos me mantengo fiel a esta
leyenda turolense. Aún están presnetes las dos torres en la ciudad
de Teruel.
SI quieren saber más ¡Oh! Amado lector te convido a seguir leyendo
a seguir el hilo de la narracción de esta verídica leyenda
III
LA CONSTRUCCIÓN
Durante los tres largos años que duró la construcción de las dos
torres, Omar y Abdalá se disputaban los amores de la bella Zoraida.
Y no se podían ni ver, antaño los que fueron amigos de infancia, y
se lanzaban puyas entre ellos sobre la construcción de las torres
Y sus respectivos albañiles decía la torre de mi Señor saldrá la
vencedora o bien, sí vuestra torre no cae será un milagro, la
uestra está mejor ornamentada y con mejor estructura.
Y la gente de Teruel, también comentaba, sobre que torre saldía
vencedora y cual de los dos alarifes se llevaría la mano de la bella
Zoraida.
Las torres y las obras iban creciendo, ya al primer año y las dos
parecían igualmente bellas y hermosas en la ciudad de Teruel.
E iba pasando el tiempo. Los judíos hacían apuestas y os cristianos
también, los musulmanes no porque lo tenían prohibido.
La torre de Abdalá, conocida hoy día por la de San Salvador, servía
de entrada y salida a la yudería.
Y al segundo año, ya los nervios corrían entre nuestros señores y
sus albañiles, se hacían los últimos ornamentos del arte múdejar.
Y así poco a poco pero también de forma súbita fue pasando el
tiempo.
Y, así, llegó la fecha indicada para el fallo del concursoun 13 de
junio de 1315
Cansado y exhaustos los albañiles, expectante la gente se
apelotonaba para oír el fallo del jurado. Que si la torre de Omar,
que si la torre de Abdalá. Las dos muy bellas aún se encuentran en
Teruel. Pero pasemos sin más dilación al fallo del concurso.
IV
EL FALLO DEL CONCURSO
Se había seleccionado como jurado a un rabino a un obispo y a un
almuhecín, el venerable y anciano Abdul.
Y se dispusieron a mirar por dentro y por fuera las dos torres.
Detalladamente, ambas torres. Así, su juicio dispuso que las dos
eran extremadamente bellas y excelentes. ¡Ay! Amigos pero sólo
podía haber un ganador de la mano de la bellísima Zoraida
La de Omar estab ligeramente o levemente inclinada. Así tras muchos
dimes y diretes y pensar como decírslo a Omar y a Abdalá: tras un
tiempo de tres horas de deliberación dieron por triunfadora y
vencedora a la torre de Abdalá.
El cual fue raudo y veloz a
los brazos de su amada Zoraida. EN cuanto a Omar ¡Ay! Del bueno y
gentil de Omar, esto fue su ruina, al verlos besarse, ante sus
propios ojos veámos en el siguiente epígrafe d este relato lo que
le sucedió.
V
EL FINAL DE OMAR
Omar, empezó a insultar a sus albañiles al jurado. Y no pudiendo
aguantar la derrota, ni tener en su brazos a la bellísima Zoraida.
No pudiendo contener ni la angustia ni los celos. Subió de tres en
tres la escalinata de su torre y cuando llegó a lo alto de la torre.
Tiró unas alhajas que le había comprado a Zoraida en caso de salir
vencedor.
Y se precipitó al vacío con un grito que aún ha día de hoy
recorre el alma de las calles de Teruel. UN ZORAAAAAAIDAAAAA que le
rompió en dos sus dos pulmones. Antes de estrellarse contra el
adoquinado de las trurolenses calles.
Ya sin vida Omar, Zoraida se abrazó a Abdalá y un sollozo embargó
el corazón de los dos. Pueto que Omar dos años mayor que Abdalá ,
había enseñado a este a jugar al ajedrez, incluso le regaló uno
por su doce cumpleaños ya dar mate con torre y rey. Todo esto pasaba
por la mente de Abdalá y Zoraida pensaba que habñía sido muy bueno
y galán con ella.
La cuestión que no pudieron ya nunca pasar por la torre de Omar, hoy
conocida por la de San Martín, sin ecitar un profundo suspiro, sin
exalar una queja.
El anciano y venerable Abdul maldijo su estratagemas, su ardid y que
hubiera sido mejor una justa poética y de ajedrez.
Pero como le consoló el rabino “el hubiera no existe”.
Y así acaba la leyenda de las dos torres.
La de San Salvador hecha por Abdalá y la de San Martín hecha por
Omar.
Otra historia o leyenda más de la ciudad de Teruel, Les dejó con un
epílogo del cronista de aquesta historia, es decir, yo.
VI
EPÍLOGO
Esta leyenda de manera más resumida apenas tres párrafos la recogí
de la torre de San Salvador en Teruel. Las dos torres son patrimonio
de la UNESCO. La torre de San Salvador tiene 122 escalones y en lo
alto un campanario.
En cuanto a la torre de San Martín, construída en la leyenda por
Omar a sufrido varias reconstrucciones la primera en 1549 a 1551 por
Quinto Pierres Vedell y en 1926 por Ricardo Garcí Guereta. Las dos
destacan por su estilo múdejar. Este relatillo de 5 páginas lo he
escrito para invitar al lector a visitar Teruel.